Tuesday, October 29, 2013

Las llaves


Todo lo que deba ser será.
Lo que pasa tiene un porqué. o un para qué. o un ahhhh....

¿Cuando aprendí a pensar?
Una tarde cualquiera en un lugar que no recuerdo estaba mi papá sentado en una silla en la punta de la mesa. El reía y hablaba fuerte. Si no lo conocías parecía que su risa era enojo. Y ahí descubrí que no todo es lo que parece. Reir no significa ser feliz, llorar no siempre es tristeza, saber no siempre es verdad.
La voz de mi mamá suave y tranquila me dibuja paz en el alma. Ya no están y aunque me repita una y otra vez que están en mi, ya no están.
Y entonces la magia aparece y cosas fantásticas ocurren. Y una vez más tenés razón. Sabiduría paterna, abrazo materno que entibia mi ser y me reconforta sabiendo que nunca nada malo va a pasar, porque incluso aquello que puede parecer malo en realidad no lo es. La vida es sabia. El amor. ¡Qué hermosa palabra, el AMOR!

Curiosa forma de dar las gracias. Porque cuando uno cree en Papá Noel nada es imposible. y cuando uno aprende a transformar y transformarse el mundo es una obra de arte lista para construir. Equivocarse... no existen los errores, existe la falta de compromiso. Existe el no creer que se puede. Y ahi aparecen las llaves. Llaves que cierran aquello que detectamos peligroso, aquello desconocido, aquello que no sabemos donde va.
Ayer me entregaron una llave. Y no tuve miedo. Y supe que no viene sola, viene con un abrazo y con sabiduría. Viene con magia y con amor.
Y llegué y la puerta se abrió. Usé la llave para abrir. Para dar paso a lo que venga, para reir a carcajadas y para seguir soñando siempre. Para creer.
Ya ves.
Las llaves son usadas por nosotros, como una silla para sentarte. Como esa tarde en ese lugar donde la mesa parecía más grande y tu voz ... tu voz enorme.

¿Alguien vio donde dejé las llaves?
ah! las tengo en  mi bolsillo!

Ya ves. Las cosas son como tienen que ser y siempre hay algo lindo para disfrutar, solo tenés que aprender a verlo.

"es para el otro lado. eso. dale, con fuerza, sin miedo. Listo. Abriste la puerta!"

Ya ves. Siempre se puede aprender. Y qué bueno que la vida me llene de grandes maestros otra vez.