Saturday, November 16, 2013

Lección n° ...

Necesito una flor, una flor, una flor....
Desde hace unos días que se que hoy, justamente hoy, me sentaría a escribir. Podríamos decir que me anticipé, que lo intuía, que algún sentido extraordinario me obligaría hoy, justamente hoy, a escribir-te.
No sabía exactamente cuándo, como es de saber lo predecible siempre tiene forma de aire. La inspiración debe nacer del aire. O no.
Me subo a un bote en mi mete y pedaleo. No es un bote exactamente, pero mi mente le da forma de bote a la palabra aunque la imagen me haga pedalear y mis recuerdos creen nuevos recuerdos para satisfacer mi necesidad de escribir hoy. Justo hoy.
Pensar cada cosa que escribo no funciona, las palabras solo salen como aire impredecible que da forma a algo que no se entiende, porque justamente no es justo, pero es. O no.
Ya no me importa si se entiende lo que otros podrían leer. Porque el mensaje es etéreo y va más allá. Allá. Pedaleando en el bote hacia donde llegará el mensaje allá, donde estás, justamente hoy aunque no sea justo.o si.
Cuando intuía este momento un lugar profundo lloraba, otro justificaba y otro iluminaba. Y no estoy triste. o si. Pero está bien que así sea, porque la vida es así y es hermosa. Maravillosa. Feliz.
Me hace falta una flor, una flor, una flor....
Y mi vida ha sido tan maravillosa que cada segundo vale la pena volver a vivirlo, y parte de las voces que me dicen eso en mi, que retumban en mi sin forma, que pedalean en mi mente, o nadan, o duermen, son voces que vos y yo sabemos que no son más. Gran lección, aprender a vivir feliz. Entender que cada decisión, cada momento, cada bueno y malo, son necesarios para recorrer el camino hacia lo completo y a su vez, hacia el aire... en el que todo vale nada y todo. Por lo tanto es y no es. Y eso lo transforma en infinito e inmortal y cuando eso ocurre ya no soy y es absolutamente hermoso descubrir que estás en mi. siempre. Eterna e infinita. Inmortal. Aérea. Floreciendo y marchitándote y renaciendo. Cíclica y feliz.
Que linda vida que me diste incluso después de nacer.

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